Mons.
Williamson
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Eleison
Un mundo desequilibrado, triste, inarmónico
Para formar el alma requiere a Mozart, sabio y jubiloso.
Entre las 18:00 hs. de la tarde del viernes 23 de febrero y el mediodía del
domingo 25 de febrero, se llevará a cabo en la Casa Reina de los Mártires en
Broadstairs, un modesto fin de semana musical presentando exclusivamente música
del famoso compositor austriaco de finales del siglo XVIII, Wolfgang Amadeus
Mozart (1756–1791). ¿Por qué música, cuando el mismo tiempo y esfuerzo pueden
utilizarse en algo más directamente religioso? ¿Y por qué Mozart en particular?
¿Por qué música? Porque la música es un don de Dios al mundo que Él creó,
una expresión de la armonía en el centro de Su universo, al cual responden
todos los miembros vivos de ese universo, no solo ángeles y seres humanos, sino
incluso animales y plantas a su manera. En cuanto a las plantas, investigadores
de Colorado en EUA, construyeron cuatro cajas con idéntica luz, aire, humedad,
suelo y plantas en las cuatro, e hicieron sonar en tres de ellas canto
gregoriano, música clásica o Rock, mientras que la cuarta fue dejada en
silencio. Con el Rock la planta creció pero se marchitó, con el canto floreció,
con la música clásica y el silencio el resultado estuvo en medio. En cuanto a
los animales, muchos vaqueros ponen en sus establos, a la hora de ordeñar,
música tranquila para aumentar la producción de leche, tal como en los
supermercados se pone música tranquila para incrementar las compras de los
consumidores humanos. ¿Sorprendente? Es Dios quien nos creó y no nosotros
mismos (Sal. IC, 3), nosotros somos Sus creaturas con la parte armoniosa que Él
diseñó para que desempeñáramos en Su universo como un todo.
Para los seres humanos, la música es el lenguaje supremo dado por Dios para
acceder a esa armonía de Dios, aunque, como Brahms, uno no crea en Dios. Por lo
tanto, la música es natural para los seres humanos y tiene una enorme
influencia moral sobre ellos, para bien o para mal. Mientras la Madre Iglesia recurre al canto y a la polifonía para elevar
las almas hacia el Cielo, el Diablo usa el rock y todo tipo de música moderna
para arrojar almas al Infierno. “Dime cuál es tu música y te diré quién
eres”, dice el dicho. Casi todo hombre tiene algo de música en él, y ¡ay de él
si no la tiene! – dice Shakespeare (Mercador de Venecia, V, 1)
“El hombre que no tiene música en sí
Es apto para traiciones, estratagemas y malignidades…
No os fieis jamás de un hombre así. Escuchad la música”.
Se podría decir que quien no tiene música en sí, no es confiable porque no
está en sintonía con Dios.
Y el mundo moderno no está en sintonía con Dios, lo que corresponde al
ruido espantoso que tan a menudo pasa hoy en día por música, y que la gente
ama, porque la música es tan natural para el hombre y penetra tan profundamente
en su alma. Y este feo ruido es lo que hay en el alma de incontables personas a
nuestro alrededor, y a través de ellas sólo puede influir en nosotros y
alejarnos de Dios, si lo permitimos.
La cuestión es religiosa después
de todo. Cualquier cosa profundamente humana tiene que ver con Dios, y la
música es ciertamente profundamente humana.
Por otra parte Mozart pertenecía a un mundo mucho más sano que el nuestro,
y su música corresponde a un momento especial de armonía y equilibrio entre el
viejo orden y la emotividad moderna. Mozart es el músico de los músicos. Estos
son algunos de los testimonios de músicos famosos – Tchaikovsky dijo: “Encuentro consuelo y descanso en la música
de Mozart. En ella expresa la alegría de vivir que formaba parte de su
temperamento sano y saludable”. Schubert dijo: “¡Qué imagen de un mundo mejor nos has dado, oh Mozart!”. Gounod
dijo: “Mozart, el cielo pródigo te dio
todo, gracia y fuerza, abundancia y moderación, equilibrio perfecto”.
Brahms dijo: “Es un verdadero placer ver
música tan brillante y espontánea expresada con la facilidad y gracia
correspondientes”.
Mozart escribió todo tipo de música, pero sobresalen sus óperas y
conciertos de piano. En Broadstairs no podemos manejar las óperas, pero John
Sullivan que tocó en 42 horas la mitad de las sonatas de piano de Beethoven
aquí en 2016 puede fácilmente manejar una hazaña similar con los conciertos de
piano y las sonatas de Mozart. Háganos saber si usted planea venir, para que
podamos tener una idea del número. No hay boletos que comprar. ¡Mozart no tiene
precio!
Kyrie eleison.